historiasderodrigo

lunes, abril 18

Errores que se cometen comúnmente en el mundo de la cristiandad

Hablar del evangelio sin tener una definición clara del evangelio

No hacer distinción de los diferentes bautismos que aparecen en la Biblia

Definir Justificación usando la Justicia de Cristo cuando en la Biblia se habla de la Justicia de Dios

Hablar de imputación de Cristo y no de manifestación de la Justicia de Dios

Hacer énfasis en "la posición que tengo en Cristo" en vez de la identidad "yo soy en Cristo"

La imputación de los actos justos de Cristo queda corta para explicar la manifestación de la Justicia de Dios y no se hace cargo de las profecías dadas acerca de la MANIFESTACION DE LA JUSTICIA DE DIOS

Confunden ser llevado a juicio con ser llevado a la justicia

MIRAR A TRAVES DEL EVANGELIO


El Evangelio ha de ser nuestra nueva forma de mirar la realidad

En el Evangelio Dios nos muestra su Justicia y de como Dios ve

Mirar tu vida a través del Evangelio

Mirarte a ti mismo a través del Evangelio

Mirar tu pasado a través del Evangelio

Mirar tu presente a través del Evangelio

Mirar a Dios a través del Evangelio

Mirar el amor de Dios a través del Evangelio

Mirar tu presente a través del Evangelio

Mirar tu futuro a través del Evangelio

Mirar a tu hermano a través del Evangelio

Mirar a tu esposa a través del Evangelio

Mirar al perdido a través del Evangelio

Mirar la alabanza a través del Evangelio

LA JUSTICIA DE DIOS MANIFESTADA: PROFECIA CUMPLIDA POR EL MESIAS

LA JUSTICIA DE DIOS MANIFESTADA: PROFECIA CUMPLIDA POR EL MESIAS

En Isaias 56:1, la Septuaginta utiliza la palabra “Apocalipsis” para hablar de la revelación o manifestación de la justicia de Dios. En Romanos 1:18 Pablo usa la misma palabra para referirse a que la justicia de Dios es revelada (Apocalipsis) en el evangelio
En Isaías tenemos una promesa, en Romanos tenemos el cumplimiento de dicha promesa.
            En Romanos 1:18, Pablo nos plantea que la Justicia de Dios se revela en el Evangelio.

            Por otra parte, Romanos 1:20 se dice que su eterno poder y deidad se hacen claramente visibles desde la creación del mundo.

            Sin embargo su Justicia en ninguna otra parte se ha revelado. Los juicios justos de Dios no son lo mismo que su Justicia revelada

            Tú puedes buscar a través de los pasajes de la Biblia y no vas a encontrar en ningún momento hablar que Dios mostró su Justicia. En realidad podríamos decir que la Justicia no se había expresado, había guardado silencio (“pasando por alto” Rom. 3:25).

            A pesar del pecado Dios no había manifestado su Justicia.

            Hay que expresar claramente que la Justicia de Dios se revela y manifiesta en el Evangelio. En ningún otro lugar, ni en ningún otro tiempo o momento, Dios ha manifestado Su Justicia.

            El centro de las carta a los Romanos pareciera ser el cumplimiento de la promesa de Dios que SU JUSTICIA se iba a manifestar, y esta promesa se cumplió cuando Cristo Murió y Resucitó.

            En Romanos como en Isaías la palabra Justicia en griego y en arameo respectivamente aparecen 36 veces en cada libro

            Habiendo dicho que “en el Evangelio la justicia de Dios se revela”, esto nos trae otras consecuencias respecto a la definición de Justificación.

            Es así que desde esta mirada la justificación, la podemos definir como la manifestación de la justicia de Dios en la vida del creyente por la fe en el Cristo Resucitado (de aquel que cree que Jesús es el Cristo, que murió y resucitó conforme a las Escrituras)

            ¿En dónde se ha manifestado la justicia de Dios?
            La respuesta es clara: EN EL EVANGELIO.

            Aquel que tiene al Cristo que murió, murió en Cristo como esclavo del pecado (Rom. 6:17)
            Aquel que tiene al Cristo resucitado, resucitó en Cristo, como esclavo de la Justicia (Rom. 6:18).

            Así el que tiene al Evangelio, tiene manifestada la Justicia de Dios en su vida por medio de la fe en Jesucristo, es entonces uno que ha sido Justificado.


            Entonces, ¿qué es el Evangelio?

            El Evangelio lo podemos  resumir en la siguiente frase:

“Cristo Murió y Resucitó conforme a las Escritura”.


            Es en este acto de justicia en el que la justicia de Dios se ha manifestado.

            En Isaías 56:1 así como en Isaías 45:15 y en Isaías 51:5 el profeta menciona que la Justicia de Dios estaba pronto a manifestarse, una promesa que se cumpliría con la venida del Mesías.

            Para el judío piadoso esta era una promesa que se cumpliría con la venida del Mesías.

            Pablo entendió esto claramente, pero no lo aplica a que el Mesías iba a tener un reinado de justicia, sino que este Mesías reveló y manifestó e hizo cercana la justicia de Dios al morir y resucitar como Jesús lo hiciera.

            La muerte y resurrección de Jesucristo cumple lo dicho por el profeta Isaías respecto a que la Justicia de Dios iba a ser manifiesta.

            A lo anterior hay que agregar dos ideas más.

            Lo que hemos dicho es que Dios manifestó su Justicia en el Evangelio.

            Pero lo que Isaías también dice (además) que Dios es justo y es quién justificara a su pueblo.

            ¿Cómo puede Dios ser justo y a la vez misericordioso? (Isaías 30:18)

            ¿Cómo puede ser justo y pasar por alto en paciencia el pecado?
           
            ¿Cómo puede ser Dios justo y a la vez salvador? (Isaías 46:13)

            ¿Cómo puede ser Dios Justo y justificar? (comparar Isaías 45:21 y 25 con  Romanos  3:26)
            La única opción que Dios tiene para actuar como un Dios justo es darle al justo conforme a su justicia (1 Reyes 8.32) y así justificarlo.

            Ampliamos de esta manera la definición de justificación, ya que para justificar Dios tiene antes que hacernos justos.

Ya que Dios justifica al justo y no al pecador. Es el justo quien vive por fe y no el pecador. “Es el justo quien es justificado” o bien podemos decir: “El justificado es aquel que es justo”. Hay que hacer notar la circularidad en este planteamiento. En 1 Reyes 8:32 dice: "Justificando al justo para darle conforme a su justicia" La base para responder todas las preguntas anteriores es la justicia y en particular la justicia de Dios

            Somos poseedores de la justicia de Dios, por la fe (Romanos 3:22)

            Todas las preguntas anteriores se responden en la muerte y resurrección de Jesucristo.

            Es la justicia de Dios la que se revela y se manifiesta. Esta Justicia de Dios la tiene manifestada todo aquel que cree en Jesús que murió y resucitó. Por ende aquel al que se ha manifestado la justicia de Dios por la fe en Cristo, ha muerto en Cristo y resucitado en Cristo como nueva criatura, y a esta nueva criatura Dios lo llama justo.

            Al manifestarse la justicia de Dios en aquel que cree, éste es hecho justo. Es entonces que Dios justifica al justo DÁNDOLE conforme a su justicia (justicia que es de Dios).

            Es así que Dios nos da conforme a SU justicia que es EL la hace  nuestra por la de, y nos da paz con Dios, reconciliación, salvación y otras bendiciones más conforme a su justicia manifestada.

            Es así que es el justo conforme a SU justicia (justicia que es de Dios) quien es justificado por Dios.

            Es el justo justificado quien vive por fe. Es el justo, en quien la justicia de Dios se ha manifestado, quien vive por fe.

            El pecador no es quien vive por fe, le es imposible ya que no tiene la fe que se requiere para que la justicia de Dios se manifieste.

            ¿Qué espera Dios del pecador?

            Lo que espera Dios del pecador es la muerte; y es eso lo que obtiene el que cree en el Cristo Resucitado conforme a las Escrituras; pero resucita en Cristo, y a este resucitado Dios lo llama justo


            Es el justo quien tiene fe (fe que también viene de Dios como un don). Al tener dicha fe esta hace que la justicia de Dios se manifieste.

            Los actos justos del pecador son como trapo de inmundicia. El trapo de inmundicia es el paño que usaba el leproso para envolver sus heridas, cuando este se pudría junto al trapo, se caía tanto el trapo como la carne podrida; y es a esto con que el profeta compara nuestros actos de justicia.

            El pecador no tiene justicia para que este sea justificado.

            Al no tener la fe en el Cristo que murió y resucitó no posee la manifestación de la justicia de Dios en su vida. Por ende, a éste lo que se manifestara y lo que tiene sobre él es la IRA DE DIOS.

            La paga del pecador por su pecado es la muerte. Por el contrario el justo por fe vivirá.