Constructivismo y Fe¿De que manera el Constructivismo aportó a mi tarea pastoral en la congregación evangélica en la cuál participo?
¿De qué manera la definición del hombre desde la perspectiva de la religión cristiana ha sido influenciada por lo que pudiéramos llamar el paradigma de la filosofía clásica de la ciencia?
Luhmann nos plantea que la religión tiene como función "representar lo irrepresentable" (1), y que esta sería un subsistema dentro del sistema social. En este sentido si nos preguntamos si la religión tiene alguna función que cumplir dentro de nuestra posmodernidad. Luhmann nos ofrece una respuesta sorprendente. "No se puede ya concebir la religión como determinadas respuestas a preguntas determinadas, sino como la pregunta misma". ¿Qué significa esto? Nos dice que las respuestas ya están señaladas como "cristianas", "bíblicas", "católicas", etc. y que ya han sido rechazadas múltiples veces. Pero lo único que los contenidos religiosos han hecho de positivo a través de ese proceso ha sido el "estar alerta a la pregunta". Aunque se prescinda de la religión se puede caracterizar esta pregunta, de un modo pálido y "secularizado" como pregunta por el sentido de todos los sentidos.
“Con ella se corresponde un concepto de Dios sin diferencias. Y se pone igualmente en evidencia que ningún otro sistema funcional plantea esta pregunta”(2) -aun cuando para algunos o para muchos resulte gratificante el poner el sentido de sus vidas en el conjunto de sus ideales y sus tareas, en alcanzar determinados objetivos políticos, en tener éxito reconocido en su vida, en encontrar un amor pleno. “Las pretensiones que superen a estas sólo la religión puede satisfacerlas. Sus respuestas tienen, sin embargo el defecto de todas las comunicaciones observables: el observador detecta en seguida el "punto ciego" de toda vinculación específicamente religiosa”. Pero con ello no se anula al menos un efecto de la comunicación religiosa: mantener despierto el sentido (en manera alguna espontaneo) para la pregunta . Y concluye entonces Luhmann (Citado por Pintos) con una propuesta: El código inmanencia/transcendencia significa que toda experiencia positiva y toda experiencia negativa se pueden confrontar con un sentido positivo. (...) Se puede plantear un concepto de Dios, pero un concepto que tiene que configurarse tautológicamente: Dios es lo que él es. Pero la tautología misma es una paradoja, pues afirma una distinción que no es distinción. (3)
Desde esta tautología, “Dios es lo que él es”, nos debemos preguntar entonces qué es el hombre desde la religión.
Una de las repuestas de la religión cristiana es que el hombre sería un pecador, respuesta influenciada por el racionalismo. Pero qué es ser un pecador. Si nos adscribimos a la respuesta tradicional diríamos que el hombre es un pecador por que peca, y nos estaríamos refiriendo para definir el ser del hombre a los actos, pero el hombre es más que los actos.
¿Por qué el cristianismo define como pecador al hombre en base a los actos? Si miramos más detenidamente esta definición del hombre en base a los actos, nos daremos cuenta que lo observable, lo cuantificable, lo medible y la recurrencia de los hechos, son los elementos utilizados para definir al hombre como pecador, elementos que son propios del empirismo lógico. Es en este sentido que la religión, desde la definición del ser del hombre está tremendamente influenciada por el empirismo lógico, y si en su base se encuentra esto, quiere decir que mucho del quehacer religioso está basado en este empirismo lógico.
Ahora bien, para que el cristianismo camine a la par con el desarrollo teórico con el que nos confronta el constructivismo, requiere replantearse el concepto del hombre como pecador en base a los actos, enfatizando que el hombre es más que sus actos.
Así como muy bien nos indica Luhmann, “Dios es lo que él es” (tautología), la definición del hombre como pecador debería estar dada a partir de esta definición, llegando de esta manera a otra definición que nos remitiría a la tautología anterior, “el hombre es porque Dios es lo que él es”, no en base a los actos sino en base al ser que el hombre recibe de Dios. De esta manera el hombre no sería pecador debido a sus actos pecaminosos, ni santo por sus actos santos, ni justo por sus actos justos, sino que el hombre es, siguiendo el hilo de nuestro razonamiento, en base a la definición que Dios haga del hombre.
En este sentido no podemos llamar al hombre justo en base a sus actos justos, o por lo contrario pecador por sus actos pecaminosos, ni lo uno ni lo otro por que en todo hombre están presentes ambos tipos de actos.
Lo que si está claro que a la religión se le hace necesario darse cuenta de la influencia del paradigma que hemos llamado de la filosofía clásica de la ciencia, para que ella cumpla una función de integración social y no dé cómo resultado la desintegración y destructividad de la que hemos sido testigo en el último tiempo. De ahí la importancia de tomar elementos del constructivismos y aplicarlos a las experiencias religiosas
Me permito responder desde un protestantismo reformulado (si pudieramos decir constructivista) buscando liberarme de las ataduras del racionalismo.
El hombre es lo Dios dice que es, más allá de los actos, el hombre es en base a lo que Dios dice. De esta manera “En el principio la Palabra era” y en el final también sigue siendo.
Si leemos la Biblia usando esta visión paradigmática nos encontramos a un apóstol Pablo definiendo al hombre en base a su compromiso con Dios en relación a Cristo como justos, y definiendo al hombre como pecador en base a esa ausencia de compromiso con Dios en relación a Cristo” (4). Ya que el hombre es más que sus actos.
Cuando Martín Lutero definió al cristiano como pecador y santo a la vez, mezcló los paradigmas. Pecador lo definió en base a los actos (a un empirismo lógico subyacente) y Santo lo definió en base al decir de Dios.
El catolicismo está influenciado fuertemente por el paradigma de la ciencia al definir santo a una persona en base a los actos.
Todo lo anterior significaría un serio replanteamiento teológico y un avance significativo en esta área del pensar humano.
La persona es más que sus actos.
ALGUNAS IMPLICANCIAS PARA LA FE DE LA ENCARNACION DE LA PALABRA
Toda palabra dicha es palabra encarnada.
Los resultados de “la ciencia cognitiva de segunda generación se oponen completamente a las tradiciones filosóficas analíticas y formalistas” (3), y por ende a las diferentes perspectivas teológicas que se han dejado influenciar por ella
Al existir una encarnación de los conceptos y de la mente en general, por lo tanto, la fe y las experiencias de “conversión” (una forma de “darse cuenta” pudiéramos decir) se deben entender como encarnadas. Inclusive la fe pasa por el cuerpo. “Nuestra capacidad común para el pensamiento metafórico surge de las proyecciones neuronales que van desde las partes sensoriales y motoras de nuestro cerebro hacia regiones superiores de la corteza responsables del pensamientos abstracto”(4), por lo tanto la fe tiene como base nuestra biología.
Es en el cuerpo y en el cerebro donde los significados y las creencias surgen en y a través de nuestras interacciones con el ambiente y con otras personas.
Las creencias y la fe, así como “las metáforas son productos del cuerpo, el cerebro la mente y la experiencia…Las metáforas sólo podrían obtener su significado a través de la experiencia encarnada” (5), y como consecuencia la fe y las creencias solo podrá entenderse a través de entenderlas como encarnadas. Es imposible tener la fe de otro, sólo la de la propia encarnación de la propia fe. Por lo tanto los objetivos tradicionales de los diferente sistemas teológicos (de “tener la fe de los apóstoles” en el caso del cristianismo) son imposibles, dado que una persona de una cultura no podría entender el sistema conceptual de otra cultura. Lo mejor que uno puede hacer es describir su propia comprensión de lo que ocurre en esa otra cultura o de lo que piensa que es la fe.
La fe está cimentada en el cuerpo y limitada por la experiencia
La presencia de fundamentalistas o integristas en todo tipo de vivencias religiosas, nos hace notorias la realidad de que no se ha entendido las implicancias anteriormente expuestas.
El cómo se refiere la persona que pertenece a una iglesia dada a dicha iglesia, determina procesos de tipo biológico que va implicar su dependencia a esta o no, dependencia que por su concomitancia biológica pueden ser similares a adicciones farmacológicas. Es propio del lenguaje común referirse a la congregación a la que se pertenece o participa como que ahora esta es su familia, concepto que está determinado y determinará otros procesos biológicos y entre ellos procesos de carácter adictivo. Es así que esta manera de vivenciar lo congregacional sería parte de “circuitos funcionales actuales en los cuales opera” esta “solución intentada como feedback positivo no reconocido (factor estabilizador del problema) que mantiene la pauta en un nivel de no cambio” eternizando de esta manera el síntoma.
Muy posiblemente lo planteado no podrá entenderse en su real sentido debido a que se confundirá, como ocurre con psicología del conocimiento “el nivel epistemológico con la dimensión ontológica” (7).
Bibliografía
Friedmann E.F. (1997) Generación a Generación: El Proceso de las Familias en la Iglesia y la sinagoga. Buenos Aires. Nueva Creación
Rodríguez P.. (2000) Adicción a Sectas: Pautas para el Análisis, Prevención y Tratamiento. Primera Edición. Barcelona. España. Sine Qua Non
Aristegui, R.: Examen del Constructivismo en Psicoterapia. La crítica del cognitivismo post-racionalista a los fundamentos de correspondencia de la psicoterapia tradicional. Cinta de Moebio No. 7. Marzo 2000. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.
Aristegui, R.: Indeterminación de la Traducción Radical, Constructivismo y Psicoterapia. Cinta de Moebio No. 6. Septiembre de 1999. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.
http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/moebio/06/frames06.htmPintos, J.L.: Una Perspectiva Sociocibernética sobre la Religión: Los Imaginarios Sociales de lo Mundanamente Irrepresentable. Santiago de Compostela, 1994.
http://web.usc.es/~jlpintos/articulos/ciberreligion.htmSan Pablo: Epístola Universal a los Romanos. Santa Biblia. Traducción de Reina-Varela. Revisión 1960. Londres. Inglaterra
Filosofía Encarnada
Notas
(1) Pintos, J.L.: Una Perspectiva Sociocibernética sobre la Religión: Los Imaginarios Sociales de lo Mundanamente Irrepresentable. Santiago de Compostela, 1994.
http://web.usc.es/~jlpintos/articulos/ciberreligion.htm(2) Idem 1
(3) Idem 1
(4) San Pablo: Epístola Universal a los Romanos. Santa Biblia. Traducción de Reina-Varela. Revisión 1960. Londres. Inglaterra
(5) Filosofía encarnada
(6) Idem 3
(7) Aristegui, R.: Examen del Constructivismo en Psicoterapia. La crítica del cognitivismo post-racionalista a los fundamentos de correspondencia de la psicoterapia tradicional. Cinta de Moebio No. 7. Marzo 2000. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.
RODRIGO VIDAL MENDOZA
Psicólogo © Magister en Psicología