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miércoles, noviembre 30

LA ADOLESCENCIA DE UN VIEJO III

El viejo movía la cabeza y decía "No entiendo nada, absolutamente nada". Miró detenidamente a los dos adlescentes que estaban frente a él, aprecían un par de niño como jugueteaban con el agua, extrañamente algo en él se de`spertaban, una cierta excitación hacia la vida, una alegría que había descubierto em algún momento de su larga historia de vida, lo reconfortaba, pero a la vez le preocubaba. Quería encontrar explicaciones pero no lo lograba, "Hace mucho tiempo que no me sentía así de desconcertado" se dijo a sí mismo.

Mientras tanto los dos jóvenes corrían por el riachuelo, persiguiéndose uno al otro, en algunos momentos el le decía a ella, "Dejemos de jugar y vamos a explicarle" cuando esto ocurría los dos se ponían muy serio, con la seriedaad de un niño de 3 años e iban rumbo a dar explicaciones, pero cuando ya estaban cerca del viejo, uno de los dos irrumpía en una suerte de risa descontrolada, y él otro terminaba siendo contagiado, esto le ocrría indistintamente a los dos, o bién caminaban paso a paso hasta llegar cerca del viejo, y uno de los dos lanzaba agua al otro, produciendose una batalla campal. El pobre viejo no entendía nada

En una ocasión se miraron y se dijeron el uno al otro, ya es tiempo de que nos alejemos, cuando apenas llevaban diez metros de separado, alejándose uno del otro, se dieron vuelta y apenas se miraron volvieron a lanzarse agua y jugar uno con el otro en riachuelo. En algún instante sus manos se juntaron. En es ocasión se dijeron, no se si en palabras o sólo con la mirada "Los viejos nos están mirando" y de inmediato se soltaron, riéndo a carcajadas a más no poder.

miércoles, noviembre 23

Adolescencia de un Viejo (II)

La Busqueda de Una Vieja

Una vieja iba caminando cansada, arrugada como una pasa, pero con una sonrisa que llamaba la atención por la ausencia de sus diente y solo la presencia de uno de sus caninos. Había sido hermosa en su tiempo, pero ya eso no lo recordaba, caminaba cansada, con quejidos constantes en su repiración, como anhelando el sueño nunca encontrado. Algunos la veía al pasar y salían arrancado de ella, "¡allí viene la vieja!" exclamaban . Parecía una mujer amargada, triste y sin aliento, nadie se acercaba a ella. Le tenían bastante miedo. Algunos decían de ella que conoce cosas que otros no conoce, y que sus largos años de meditación y busquedas de respuestas en su interior la habían convertido en lo que es. Sin embargo su vida ya estaba seca, se notaba que estaba a punto de llegar a su fin. A pesar de esto su busqueda continuaba. Seguía buscando lo que había olvidado. En su busqueda ansiosa, no recordaba lo que buscaba, sólo sabía que tenía que buscar. No sabía qué, pero seguía buscando.

Cuando uno se acercaba a ella podía observar a una mujer de años ido anhelante de conocer, y de seguir conociendo, algunos creían que estaba loca, porque en su busqueda de conocer, buscó tanto dentro de si misma que se olvidó de los que estaban afuera.

Su caminar era cansado, sus ojos lagrimosos y en ciertas ocasiones su mirada perdida. Lo que nadie sabía, es que su busqueda tenía relación con lo que todos anhelamos, ella buscaba esperanza, esperanza que como afuera no encontró, decidió buscarla adentro.

A veces comenzaba a hablar, como nadie la escuchaba, seguía hablando sola. En realidad aúnque las palabras las conocía, las usaba indistintamente, se transformó en un nuevo lenguaje, lenguaje que sólo ella conocía. Le encantaba hablar, pero nadie le escuchaba, o si la escuchaban, la gente conocía las palabras, pero no entendían lo que quería decir. Cuando decía "ria desesperada" ella pregunataba "¿Dónde está la esperanza?". Sus palabras eran las misma, pero su lenguaje era otro.

Llevaba un saco a los hombros, en ellos había echado todo tipo de tesoros que ella había encontrado en vida. Había tesorosque tuvo que recoger, a pesar no querer llevarlos, sin embargo se sintió forzada por algo más allá de sus fuerzas, y finalmente los aceptó. Aúnque ella no lo sabía cada uno de los tesoros de su saco completaban la respuesta a su busqueda, pero como los había echado desesperanzadamente no pudo ver la respuesta que en ellos se encontraban.


Caminó, caminó, llegando hasta un riachuelo, comenzó a dormitar y hablar en su idimoa extraño, no notó que había un viejo que sabía escuchar que estaba durmiendo cerca de ella. Dejó su saco lleno de recuerdos, y tesoros del pasado junto a otro saco, pero que ella no notó. En este trance se durmió profundamente.

Al despertar, lo primero que recordó fue en que en su saco llevaba unos bellos dientes que le habían regalado hace mucho y que había sido echo especialmente para ella, así que aabrió su saco y sacó lo que buscaba, se los puso en su boca, se había quitado veinte de encima, comenzó a recordar su busqueda y de inmediato sonrió com hace mucho tiempo no había hecho.

Se levantó rauda de su sitio, notó al viejo que estaba a su lado, lo miró fijamente y pensó dentro de si, "¿Dónde he visto antes a este hombre?". No lo recordaba, pero tenía un profundo sentimiento hacía él que no sabía explicar la razón, sólo sabía que se sentía agradecida por haber dormitado junto a este viejo, que según ella jamás notó su presencia.

Levantó la miraada y vió a dos adolescente jugando en el agua, arrancando uno de otro, tirandose agua, abrazandose como grandes amigos, y escapando de sus labios el cariño y agradecimiento de conocerse desde siempre. "¿He visto esto antes?" no lo sabía, pero la respuesta se encontraba dentro de su saco.

Quiso alejarse, pero no pudo, asi que decidió cruzar a la otra orilla para ver más cerca como estos dos adolescentes jugueteaban con la vida, se colocó bajo la sombra de un abol frondoso que invitaba a la contemplación. "Al ver a estos jovencitos ya recuerdo lo que siempre he buscado". Pensó dentro de si misma.

Al estar sentada allí, los dos jóvenes se acercaro, y mirandola fijamente le dijero "Gracias por este tiempo. Gracias por permitirnos jugar en es rio". Ella no entendión el por qué le daban las gracias. Sin embargo ella se sintió reconfortada.

De repente salieron corriendo hacia la otra orilla, fue cuando el viejo que había sido su compañero de siesta se estaba iendo del lugar.

sábado, noviembre 19

Adolescencia de un Viejo (I)


El viejo estaba caminando cansado con su carga al hombro. A veces se detenía a la orilla del camino a descansar. ¿Cómo recolecte tantas cosas se preguntó?. Comenzó a ver su saco descubrió cuán valioso era cada una de ellas. Pensó en algún moemnto deshacerse de alguna de ellas, pero cuánto más pensaba en cuál, más se entristecia. Asi que decidió colocar una a una, con cuidado y cariño, en su saco, y se la echó nuevamente al hombro. Al poco caminar llegó a la orilla de un riachuelo, con una agradable sombra debajo de un sauce llorón. Decidió dormirse bajo la sombre tan agradable que había encontrado. Cuando despertó se encontró con un par de niños, para él era unos niños que corrían a orillas del riachuelo, en realidad era una pareja de muchachos que jugueteaban junto al agua.

Era un hombre ya mayor, que ya no recordaba los años que tenía. Sus ojos cambiaban de color de acuerdo a la luz que hubiera en el momento, desde un verde intenso (esmeralda diría yo) a un cafe oscuro, casi negros. Su caminar era cansado, parecía un pordiosero, pero cuando alguien se detenía a hablar con él, sólo encontraba la sabiduría de los años idos, cmenzar una conversación con él era dificil, pero más dificil era terminaral, no porque que el se pegara latosamente al otro, sino que el otro era quién deseaba más y más seguir conversando. Al principio parecía un viejo amargado, con sus arrugas asperas y su pelo cano, con su larga barba y alguno que otro rasgo oriental, una mezcla extraña diría yo. Sin embargo, su rostro aspero que mantenía alejado a los demás se endulzaba cuando atentamente escuchaba a cualquiera que se atreviera a acercarse a hablar con él. Había que estar bastante desesperado para encontrase en una situación. Los demás que nunca se habían acercado a conversar con él no entendían, el por qué lo buscaban tantos sólo para conversar. Uno de sus ya amigos del escucha, lo defendía diciendo "que él si sabía escuchar". Sin embargo, otros que si habían acudido a conversar con él anteriormente, lo veían pasar y no lo reconocían pues su rostro sólo se endulzaba cuando lo buscaban para escuchar. A este viejo sólo le interesaba escuchar , no tanto ser ecuchado.

"Que bien me siento después de esta siesta" se dijo el viejo, "que extraño me siento con más fuerza, o el saco más liviano, no lo entiendo" dijo moviendo suavemente la cabeza. Decidió emprender el viaje, viaje que había iniciado hace ya varías decadas, tanto que aveces no recordaba hacía dónde inicialmente se dirigía. Pero esta vez fue distinto, al despertar recordó hacia dónde iba, tanto escuchar a otros, se había olvidado de escucharse a sí mismo.

Miró el riachuelo, y el arbol bajo el cual aún se encontraba, y una enorme tristeza le embargo. No entendió el por qué. "Algo importante me pasó aquí, y no logro distinguir que fue" lamentó . Con su saco al hombro deició caminar.

Cuando ocurría esto, el joven gritó, "espera espera, no ne vallas a dejar aquí". El lo miró extrañado, el rostro le parecía familiar, sus ojos eran de un verde que le sosprendió, pero no sabía quién era. Así que siguió caminando, pero sintiendo que algo le faltaba. Revisó nuevamente el saco y estaban todos sus tesoros, uno a uno, ni más, pero tampoco menos. El viejo no entendía nada, a pesar de toda la sabiduría ganada por los años.

"Esperame que aún no me despido" dijo el adolescente, el viejo caminó sin escucharle, pensando que le hablaba a otra persona. "Espera, espera, no sé adónde ir sin tí", volvió a gritar"Y tu tampoco sabrás a dónde ir sin mi". El viejo no escuchó, a medida que se fue alejando, sus fuerzas decayeron, y se olvidó nuevamente hacia dónde era su viaje, cansado decidió volver al riachuelo; y mientras regresaba recobraba las fuerzas, y extrañamente recordaba hacia dónde ir. Tres veces intento irse, las tres veces olvidó, y las tres veces cuando regresaba al riachuelo recordó. No entendía nada.

"Te lo dije" le gritó el joven desde la otra orilla. "Necesito explicarte algo que nos acaba de ocurrir y que debe ser visto con tus lentes antiguos que aún guardas en tu saco". "Cómo sabes de mis lentes? ¿Te metiste en mi saco" Preguntó asustado. "Nooo. No es lo que tu crees. Se de ellos por que cuando los metiste adentro, yo entré con ellos"

viernes, noviembre 18

A veces una sonrisa duradera comienza con un juego de lagrimas

Los verdaderos amigos para que sean tales se requieren que sean amigos verdaderos. Si hay alguna posibilidad de caminar en ausencia de verdad, entonces la amoistad va dirigida hacia otros caminos que no son de la verdad. El par de adolescentes que en algún momento se conocieron necestan ser aceptados, acogidos, consolados y animados, a que su experiencia de realización que pareciera ser la máxima de sus vidas sea aceptada como algo que enriqueció sus vidas, y que ls hizo crecer para darse cuenta que son humanos y sienten como tal. Gracias a Dios siempre que hay un adulto, (espero que este sea tu caso) le hace reflexionar sobre lo sucedido y le guía por el mejor camino.

Querido adolescente, adoleces, sólo tienes 17 y ella 15, espera crecer,espera ver si es ue una vez siendo adultos volveran o no a caminar juntos. Pero si gustas que tu caminar sea un caminar en verdad, ahora no es el tiempo. Toda relación a esta edad es muy peligrosa. Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón, por que de él mana la vida. No te permitas, romper, ni seguir rompiendo. No necesitas que te digan que eres atractivo, ni que te animen con fantasias irrealizables, camina en integridad, y espera el actuar de Dios, no te apresures, ten animo, aliento esperanza, paciencia. Dios ha cumplido sus promesas en el pasado las cumplira ahora. Siempre es dificil tener tu edad, especialmente cuando se decubre algo tan hermoso como lo que tu has descubierto. Ten paciencia, entendiendo esto como aliento, Dios hará conforme a sus actos y no conforme a tus deseos o actos. Dios está contigo como poderoso gigante aún en estas circunstancias en to te dejara ni desamparará, aunque sientas que estás en la profundidad del mar a oscuras, y que te sea imposibles escapar de la tormenta que se aproxima. Pero ten claro que lo que estás viviendo querido joven, solo te está preparando para una mayor bendición. Descansa en Dios y pon una y otra vez tus sentimientos que son muy hermosos delante de su presencia, ya que todavía no es ni el tiempo, ni la persona , ni el momento para vivir autéticamente y en verdad lo que te está pasando. Los grandes infiernos comienzan con pequeñas mentiras

Un abrazo a los dos, tu de 17 y a la que te provocó lo que me has contado la cabra chica de 15.
Como todo en la vida, es todo o no es nada. Ahora es el tiempo de uno de los dos, y no de la mitad, querido joven tu primer compromiso es con la verdad y por ende con una relación en la verdad. Ten animo Dios está contigo, él será tu consuelo, te tengo que decir que tienes que orar más de lo has estado haciendo