historiasderodrigo

jueves, noviembre 8

Mail Recibido

Lo que viene fue sorpresa, alguien me mando este mail.

Luego viene mi respuesta




jose gerardo mendez muñoz"

Fecha: Mon, 5 Nov 2007 12:08:32 -0300

Rodrigo siempre te e considerado un racista,clasista y petulante.lamentablemente me pregunto que clase de ovejas ministras.pienso que las de mejor calidad y no las humildes de cxorazon.aprende a ser humilde y no discrimines,recuerda tus raices.

atte

Yuri


Fecha: Mon, 5 Nov 2007 16:47:00 +0100 (CET)
De: "Rodrigo Vidal" Ver detalles del contacto
Asunto: RE: informacion
Para: "jose gerardo mendez muñoz"
CC: "Cecilia Araya" , "marta lopez"
Yuri

Gracias por recordarme mis raices. Creo mis racices y
la tuyas son la mismas; y ambas están en Cristo

La humildad es uno de mis anhelos, creo que es algo
tomara toda la vida.

Comparto contigo que debo superar mi petulancia,
particularmente aquella que tiene que ver con el
conocer o diría el creer conocer; el conocimiento sin
amor envanece.

Las ovejas sean gordas o flacas, siempre son ovejas;
si están gordas, entonce están en serios problemas, si están
flacas también tienen serios problemas. Ya sea lo uno
o lo otro siguen siendo ovejas del Principe de lo
Pastores.

Particularmente me gustaría saber de qué manera
específica he pecado contra tí; me gustaría saberlo
para de esa manera pedirte perdón por ello.

Saludos

Rodrigo Vidal

ACTOS DEL HABLA, IDENTIDAD Y VALORES

Efesios: 1:1 “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso: Gracia y Paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.
Romanos 1:16 “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel cree al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.

Este escrito presenta una reflexión sobre dos temas:
1.-Actos del Habla (se pueden denominar también acciones verbales o actos verbales)
¿Que es un acto verbal? Un acto verbal es una conducta desarrollada por medio del lenguaje. Cuando “se dice”, se está llevando a cabo una conducta que puede ser una buena obra o una mala obra que se ejecuta por medio del lenguaje. Si una persona castiga a su hijo físicamente, está realizando un acto, un comportamiento observable; del mismo modo, cuando esa persona le dice algo a su hijo, ya sea que lo bendiga o no lo bendiga, también está realizando una obra.
¿Por qué es una obra? Antes de responder, hagamos un análisis de lo que sucede al decir la mentira o decir la verdad. Las dos cosas son actos; pero, en este caso, son actos del habla. Bíblicamente un acto físico y uno del habla son considerados en el mismo nivel; es por eso que en la Biblia se dice que al borracho lo juzgara Dios; pero también expresa lo mismo en relación al mentiroso. De esta forma se puede concluir que existe dos tipos de actos: lo que se llama Actos Verbales y los Actos propiamente tal.
El énfasis en este planteamiento se encuentra en el hecho que lo que se dice es en sí mismo un acto. Si se considera las expresiones: “¡Hermano, me bendijiste con lo que me dijiste!, ¡me bendijo lo que me dijiste, realmente me animó!”, “¡Hermano, tu ofrenda realmente llegó en el momento que lo necesitaba, fue de mucho ánimo!”, “¡Hermano, tu ayuda en aquel momento de la vida fue muy buena!” se puede plantear que esto se puede expresar tanto con actos como con palabras.
¿Qué es el Evangelio según Romanos 1? El pasaje categóricamente afirma que : “…es poder de Dios”. Pero, ¿cuál es el evangelio?: “CRISTO MURIÓ, RESUCITÓ CONFORME A LAS ESCRITURAS”. El mensaje en sí: “Cristo muere y resucita conforme a las Escrituras” ( no importando con cuanta timidez se comunique) es un acto bueno en sí mismo, porque el solo mensaje del evangelio, el que Cristo murió y resucitó conforme a las Escrituras, la simple expresión de este mensaje, es poder de Dios.
Por lo tanto, si se desea el poder de Dios, se debe hablar del Evangelio, pues “Cristo muere, resucita conforme a las Escrituras”, es poder de Dios.
El poder de Dios no se relaciona con el ánimo con que el cristiano testifica delante de una congregación o de cualquier otra persona. Al hablar de poder no se enfatiza en la fuerza o vehemencia con la que se expresa la persona que realmente sintió el poder de Dios. No, lo que el texto enfatiza es que el Evangelio (el mensaje que “Cristo muere, resucita conforme a las Escrituras”) es poder de Dios. Ahora bien, el hecho de testificar y hablar este mensaje es un acto verbal, uno que implica bendición; además, según el texto (Romanos 1:16), en él se revela el poder de Dios, que es para salvación.
Cuando se dice:“Señor dame de tu poder”, la respuesta es: “¡habla del evangelio!”, ya que “Cristo muere, resucita conforme a las Escrituras”, es ¡poder de Dios!. Cristo muere resucita conforme a las Escrituras es un mensaje que tiene muchas consecuencias, entre ellas Pablo plantea el fin de categorizaciones sociales limitantes, especialmente en el momento histórico en que el apóstol escribió este texto: “ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer”, todo esto es producto de que Cristo murió y resucitó conforme a las Escrituras.
Una y otra vez Pablo enfatiza el Evangelio como un medio para animar al hermano, para exhortarlo o consolarlo, inclusive para sacarlo de alguna situación pecaminosa en la que se encuentre. Esto es un aspecto que se debiera considerar más detenidamente.
Otro aspecto importante es que la acción de hablar en sí mismo es un acto verbal tan poderoso o más poderoso (dependiendo de lo que se va a decir) que los actos propiamente tales. Porque si se habla del Evangelio, “Cristo muere, resucita conforme a las Escrituras”, se tiene el poder de Dios en acción. No importa con cuanto ánimo se exprese, si la persona demuestra nerviosismo, si se plantea con elocuencia, si se hace con un timbre de voz claro y fuerte, o si se hace con mucha pasión. El solo hecho de hablar de que “Cristo muere, resucita conforme a las Escrituras” ya es poder de Dios.

2.- Identidad de Pablo
Efesios 1:1
La segunda parte de este escrito trata a la persona de “Pablo”
Se debe dejar claro que Pablo ya no es Saulo; el que antes fuera Saulo, en el pasaje en cuestión, ahora se identifica y dice que es Pablo. El solo nombre de Pablo ya habla del llamado que él recibió, del cambio y del nuevo nombre que Cristo le dio; por lo tanto, él está hablando de quién es y comienza diciendo: “apóstol de Jesucristo”; en otras palabras, expresa: yo soy Pablo, soy apóstol, tengo un llamado.
Se debe tener presente que, independiente del hecho que tengamos claro o no el llamado, cada persona vive conforme al llamado que cree tener. Alguno puede decir: “yo no siento ningún llamado del Señor”; pero es un hecho que esa persona vive conforme al llamado que cree tener y es así. Si alguno cree, por ejemplo, que su llamado tiene que ver con la familia, entonces va a priorizar la familia; si su llamado tiene que ver con su esposo o esposa o con sus hijos, entonces va a priorizar estos aspectos de su vida.
El llamado tiene que ver con quién y a quién se sirve; además, se relaciona con la proyección de la vida: “hacia dónde voy”. Por eso, el apóstol Pablo en esta misma carta de Efesios dice: (1:18) “para que sepáis”; doblo mis rodillas, oro por ustedes para que ustedes sepan. ¿Qué quiere que sepan? “cual es la esperanza a que él os ha llamado”.
Pablo, habla del llamado repetidamente, porque este concepto está conectado profundamente con el de identidad, y tiene que ver directamente con la Persona que hace el llamado, además este concepto se conecta estrechamente con el contexto donde se desarrolla la persona. Por ejemplo:
¿Dónde estamos? estamos en una habitación,
¿En qué cuidad? Concepción,
¿En qué país? Chile,
¿En qué continente? Latinoamérica,
¿Y qué idioma hablamos? Español, porque estamos en Chile. Viviendo en este país, hemos adquirido un idioma contextual con el que nos desarrollamos
Mi contexto del momento es este lugar; mi contexto familiar es que soy padre o madre; además, formo parte de un contexto laboral, profesional.
De acuerdo a la perspectiva contextual en que se considere la identidad, se va a definir correcta o erróneamente el “yo soy” del individuo (de acuerdo al contexto) y de acuerdo al contexto que sea el objeto de consideración se define la identidad y, por ende, el llamado
Al leer el pasaje de Efesios 1:1“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso”, es evidente que Pablo tenía claro el contexto físico, (el Principito dice: “lo esencial es invisible a los ojos”) y también tenía claro su contexto en Cristo. Entonces, se concluye que lo fundamental es donde se pone la mirada; el contexto en el que el individuo se incluye.
Personalmente, estoy en Concepción, estoy en un trabajo determinado, estoy en una familia determinada, estoy en una iglesia. Todo lo que he mencionado son contextos; además, se puede mencionar el contexto del país, e, incluso, el gobierno que rige es también un contexto; pero Pablo va más allá y sitúa a los efesios en el contexto que tiene que colocarlos, que es “en Cristo”. Pablo mira desde esa perspectiva y, desde el punto de vista “en Cristo” Pablo tiene claro su llamado.
Si personalmente un individuo establece su contexto en su familia, se va a limitar y entender que su llamado se relaciona únicamente con su familia. De hecho, tiene que ver con su familia, pero no es sólo su familia. “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso: Gracia y Paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.
En la oración que el apóstol hace en Efesios 1:15-20 dice: ”Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cual es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales”
Es necesario enfatizar que el apóstol expresa que quiere que sepan algo importante y para eso dice que su oración es que el Señor alumbre el entendimiento de los receptores de la carta “para que sepáis cual es la esperanza a que él os ha llamado” para que sepan, “cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder”. Cuando el apóstol Pablo dice esto, se refiere al concepto de qué es lo que se valora, cuáles son los Valores a considerar. Pablo en este pasaje está diciendo que es necesario valorar tres cosas:
a) La supereminente grandeza de su Poder.
b) El llamamiento; cual es la esperanza a la cual ha sido llamado.
c) Las riquezas de la gloria de su herencia en los santos. ¿Cuáles serán las riquezas de Dios para los suyos?
Al reflexionar en la forma como Pablo ora, se puede entender que los valores de muchos cristianos no se relacionan en lo más mínimo con lo que el apóstol menciona. Alguien puede mencionar como valor la familia y engañarse a sí mismo, o puede mencionar otros aspectos en un momento determinado; sin embargo, el cuestionamiento es si realmente esos aspectos constituyen un valor para la persona
El apóstol Pablo dice: quiero que valoren esto hermanos; cuando dice “Para que sepáis” está diciendo, quiero que lo valoren. Qué cosas deben ser valoradas: la supereminente grandeza de su poder; cual es la riqueza de su gloria; cual es la esperanza a la que han sido llamados ¡Valores! Esto es un asunto de valores y ¿qué quiere decir que sea un asunto de valores? Simplemente ¡que se le valore!
Para el apóstol Pablo, el llamado, la esperanza de nuestro llamado, la riqueza de la gloria de Dios y la supereminente grandeza de su poder son los valores a considerar. Estos son la base de todo, de acuerdo al apóstol. Si se comienza con la familia u otros aspectos que se consideran importantes, es simplemente un engaño personal, ya que no se parte de los valores fundamentales que menciona el apóstol.
En este escrito se ha considerado el concepto de contexto, donde se pone la mirada y en que contexto centra la persona su perspectiva. Si la vida está fuera del contexto de Dios, se está viviendo una vida de pretextos y fuera del sentido del llamado de Dios, ¡CONTEXTO!
También se ha tocado los temas de identidad, de llamado.
Se ha planteado cuales debieran ser los valores que debieran ser de importancia para las personas, ¡QUÉ ES LO QUE SE TIENE QUE VALORAR! Si la persona valora cualquier otra cosa más que los tres valores mencionados por el apóstol se está engañando a sí misma.
Cuando Cristo dice: “si alguno ama a… más que a mí”, también está hablando de qué valoras más . Se relaciona con cuáles son las prioridades.
Al estudiar este tema, es posible que se llegue a la conclusión que personalmente se ha creído ser “muy espiritual” en la vida; pero que se ha estado profundamente equivocado en cuanto a los valores que se piensa son los más correctos, porque se concluye que los valores no son los que el mundo dicta, ni los que se pueden creer personalmente, sino que aquéllos definidos por Dios a través de Su Palabra.

sábado, noviembre 3

Dar y Recibir ¿Perdon?

Efesios 4:32
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Efesios 4:31-32 (en Contexto) Efesios 4



La cita anterior es muy parecida al Padre Nuestro que enseño Jesús.

El ser perdonado así como el perdonar es una misma capacidad. Estas dos siempre van juntas. Si una persona tiene capacidad para sentir, recibir y saberse perdonado; entonces esta misma capacidad es la que permite perdonar.

El perdón, que incluye tanto el dar como el recibir, es un proceso en el cual la cuestión constructivista se hace ver claramente. En este sentido la capacidad de experimentar el perdón hacia sí mismo, es una medida de la capacidad de experimentar el perdón hacia el otro.

Así como en todos los procesos de la vida, la autopoiesis está presente; en lo relativo al perdón esto también se aplica. Es decir el perdón es autopoietico. De ahí que en las enseñanzas de Cristo, en el Padre nuestro, y en las enseñanzas de Pablo en sus carta, correlaciona el perdón tanto con el dar como con el recibir.

Aquí cabe como reflexión última, la importancia de desarrollar en nuestro hijos lo que ya traen, es decir, desarrollar su capacidad (entendiendo esta en el sentido de recipiente) de perdón; esto conllevaría la noción tanto de pedir perdón como de perdonar.

Un padre le dice a su hijo pequeño. “No te voy a hablar hasta que me pidas perdón por lo que acabas de hacer”. Luego de haberlo dicho, el padre reflexiona. “¿Qué sucedería si el no me pide perdón?¿Habré sido muy drástico en mis palabras?” Mientras pensaba en esto su hijo seguía jugando con sus amigos, parecía que no le importaba en nada lo que el padre le había dicho. Triste el padre nunca pensó que en sus propias palabras se vería atrapado. De repente el hijo deja de jugar, y va hacia donde está su papá y le dice “Perdón papá”. El papá alegre lo abraza. Entendiendo que le está enseñando a su hijo una de las cosas más importantes en la vida, el perdonar; y no solamente el pedir perdón; sino que el está desarrollando su capacidad natural de perdonar

jueves, noviembre 1

Señor mira lo que me hizo


Señor mira lo que me hizo

Ese no es tu problema

Pero Señor como no va a ser mi problema. Claro que es mi problema. Pareciera que tu Omnisciencia no alcanzara para darte cuenta de que mi problema es efectivamente lo que él me hizo.

Te vuelvo a decir, ese no es tu problema.

Pero Señor, ¿acaso tu criterio, tu buen juicio, inclusive tu Justicia, no la aplicas al decir lo que estas diciendo?

Es por eso que te digo que ese no es tu problema. En realidad tu mirada está limitada, y el limite de ella es tu nariz.

Pero Señor, como me puedes decir eso. Pero si lo que el me hizo....; creo que Tu nunca lo entenderás.

¿Tu crees saber lo que el realmente hizo?. Permíteme explicarte algo. Antes de ser hecho a ti, el me lo hizo a mi. Tu mirada no alcanza a ver el mal de sus actos; entonces, tu no eres capaz de ver realmente lo que él hizo. Pero aún así ese no es tu problema.

¿Entonces cuál es MI problema?

Que bueno que finalmente preguntaste. Tu real problema NO ES LO QUE ÉL HIZO, tu real problemas es que no le has perdonado. EL PROBLEMA NO ESTA FUERA TUYO, ESTA DENTRO TUYO. De sus actos me he encargado yo, ese es problema mío. Créeme cuando te digo, si es que tengo que solucionar algo no escatimo costos para la solución. Aún a costo de lo que más amo. Tu problema es que no has perdonado. Hazte cargo de ese tu problema.

¿Entonces, el perdón o mejor dicho la falta de perdón es mi problema?

Tu lo has dicho.